Concilio Vaticano I
¿Qué
es el Concilio Vaticano I?
El concilio Vaticano I
fue el primer concilio celebrado en la Ciudad del Vaticano, el vigésimo de la
historia y el último concilio ecuménico del siglo XIX, inició sus sesiones el 8
de diciembre de 1869 y las terminó el 20 de octubre de 1870. Sesionó
trescientos años después que el Concilio de Trento. Convocado por el papa Pío
IX en 1869 para enfrentar al racionalismo y al galicanismo. En este Concilio se
aprobó como dogma de fe la doctrina de la infalibilidad del papa. Se celebró́
en la Basílica de San Pedro en Roma. Participaron 774 padres conciliares,
pertenecientes a treinta naciones. Fueron invitados los obispos ortodoxos y las
Iglesias reformadas, pero unánimemente rechazaron la invitación.
Anteriormente, cinco
comisiones habían redactado 51 temas, pero solamente dos llegaron a la aprobación
definitiva: "De fide catholica" y "De Ecclesia Christi". El
Vaticano I tuvo cuatro sesiones solemnes: la de apertura, la de juramento de
los Padres, la que definió́ la constitución "Dei Filius" y la que también
definió́ la constitución dogmática "Pastor Aeternus" sobre la
Iglesia.
Sesiones
del concilio
- Primera Sesión: celebrada el 8 de diciembre de 1869 con el Decreto de apertura del concilio.
- Segunda Sesión: celebrada el 6 de enero de 1870 con la Profesión de Fe.
- Tercera Sesión: celebrada el 24 de abril de 1870 concluyendo con la aprobación de la Constitución Dogmática Dei Filius sobre la fe católica.
- Cuarta Sesión: celebrada el 18 de julio de 1870 concluyendo con la aprobación de la Constitución Dogmática Pastor Aeternus sobre la Iglesia de Cristo que declara el dogma de la infalibilidad papal.
Antecedentes
y convocatoria del concilio
El 6 de diciembre de
1864, dos días antes de la promulgación del Syllabus, Pío IX anunció en una
sesión de la Congregación de Ritos su intención de convocar un concilio
general. Pidió a los cardenales residentes en Roma que expresaran por escrito
sus puntos de vista sobre la conveniencia de esto y para preparar una lista de
temas que en su opinión deberían ser presentados al concilio para discusión. De
los 21 reportes recibidos, sólo el del Cardenal Pertini expresó la opinión que
no había razones para celebrar un concilio ecuménico.
Los otros reportes
afirmaron la necesidad relativa de tal asamblea, pero 5 consideraron que no era
el momento adecuado. Casi todos enviaron listas de preguntas que aparentemente
requerían de discusión conciliar. A principios de marzo de 1865, el Papa nombró
una comisión de 5 cardenales para discutir los temas preliminares relacionadas
con el concilio. Esta fue la importante "Congregazione speziale direttrice
per gli affari del futuro concilio generale", generalmente llamada la
comisión preparatoria directriz, o la comisión central. Se agregaron otros 4
cardenales al grupo de sus miembros y, además de un secretario, se le asignaron
8 consultores.
Sin embargo, el papa
aprovechó la presencia en Roma de casi 500 obispos que habían venido a
participar la celebración del centenario, para hacer el primer anuncio público
del concilio en un consistorio celebrado el 26 de junio de 1867. Los obispos
jubilosamente expresaron su anuencia en un comunicado con fecha del primero de
julio. Después del regreso del ejército francés protector el 30 de octubre de
1867, se vio factible la reanudación de los preparativos para el evento y la
celebración del concilio mismo.
La comisión preparatoria
entonces debatió exhaustivamente el asunto de quiénes deberían ser invitados a
asistir al concilio. Era obvio que había que incluir a los cardenales y a los
obispos diocesanos. También se decidió que los obispos titulares tenían el
derecho de ser llamados y en cuanto a los dirigentes de las órdenes, se debería
enviar una invitación a los abades nullius, los abades generales de
congregaciones integradas por varios monasterios y finalmente, a los generales
de las órdenes religiosas. Dada la situación política del momento, se consideró
más conveniente no enviar una invitación formal a los príncipes católicos, pero
con la intención de darles el pase a ellos o a sus representantes en cuanto lo
solicitaran. Por lo tanto y con esta intención, se promulgó la Bula de
Convocación "Æterni Patris" el 29 de junio de 1869; en ella se
designó el 8 de diciembre de 1869 como la fecha para la apertura del concilio.
Preparación
del Concilio
Mientras sucedía todo
esto, continuaban celosamente en Roma los trabajos de preparación al concilio.
Además de la dirección general que había ejercido, la comisión preparatoria
tenía que preparar un exhaustivo orden de procedimientos que rigieran los
debates del concilio. Cinco comités especiales, cada uno presidido por un
cardenal y con la asistencia de un total de 88 consultores, prepararon el plan
(schemata) a ser presentado al concilio. Estos comités fueron designados para
considerar respectivamente: dogma, disciplina eclesiástica, órdenes, Iglesias y
misiones Orientales y asuntos eclesiástico-políticos.
Además, los obispos de
varios países habían enviado un gran número de temas a discutir. Por ejemplo,
los obispos de las iglesias en las provincias de Quebec y Halifax demandaban el
relajamiento de los impedimentos para el matrimonio, revisión del Breviario y
sobre todo, la reforma y codificación de toda la ley canónica. La petición del
Arzobispo Spalding de Baltimore, trataba entre otras cosas, las relaciones
entre Iglesia y Estado, indiferencia religiosa, sociedades secretas y la
infalibilidad papal. La definición de este último tema fue exigida por varios
obispos. Otros deseaban una revisión del índice de libros prohibidos. No menos
de nueve peticiones acompañadas con casi 200 firmas exigían la definición de la
Asunción corporal de la Santísima Virgen. Más de 300 padres del concilio
solicitaron la elevación de San José como santo patrono de la Iglesia
Universal.
Papa Pio IX
La
infalibilidad del Papa
Ya en los meses
anteriores al inicio del concilio las discusiones sobre el tema de la
infalibilidad se hicieron fuertes. Döllinger y Dupanloup se oponían
abiertamente. Henry Maret desde la Sorbona hablaba de una infalibilidad del
papa en unión con los obispos, etc. La preocupación de algunos sectores de la
Iglesia católica creció cuando el 1 de febrero de 1869 la Civiltà Cattolica
publicó un artículo en el que se mencionaba la posibilidad, deseada, de que la
doctrina sobre la infalibilidad del papa fuera declarada por aclamación durante
el concilio. Había oposición sea por considerar tal dogma inadmisible, 10 sea
por inoportuno, sea también porque una declaración en esos términos no podría
explicar con la fineza teológica necesaria el alcance del dogma.
Desde 13 de mayo al 6
de junio se discutió sobre el documento completo sin llegar a ningún consenso
aunque sí se lograra en relación al primado de jurisdicción. Los miembros de la
comisión explicaron a los padres conciliares que el dogma de la infalibilidad
se contenía en la reflexión sobre la Iglesia católica y que no era algo
«personal» del papa sino en vistas a su función dentro de ella. Luego se
comenzó a discutir, hasta el 13 de julio sobre cada parte del documento. El
papa Pío IX manifestó a sus colaboradores que buscaba una definición extensa
que no solo tuviera en cuenta las definiciones pontificias ex cathedra y
contaba con el apoyo de jesuitas y del Card. Manning. Pero la asamblea
conciliar se opuso a esto y se discutió solo si sería necesario el consenso
explícito de los obispos para que una decisión papal fuera infalible. Finalmente
el 13 de julio se votó la constitución.
Los resultados fueron:
- 451 placet,
- 88 non placet,
- 62 placet iuxta modum,
- 50 no se presentaron.
Suspensión
y Resultados del Concilio
Redactada la constitución
"Pastor Aeternus", se procedió́ a una previa votación, el 13 de julio
de 1870. De un total de 605 partidarios, 451 votaron a favor, 88 en contra y 66
"iuxta modum". En vista de este resultado y ante la grave
inestabilidad política, 55 obispos, con permiso del papa, abandonaron Roma. Al día
siguiente de la aprobación de la "Pastor Aeternus", el 19 de julio de
1870, estalló la guerra franco-prusiana y el 20 de septiembre del mismo año,
los piamonteses ocuparon Roma. El concilio fue suspendido por Pío IX el 20 de
octubre de 1870, después que se hubiera consumado la unión a Italia de los
Estados Pontificios.
El resultado final fue
positivo. Aquella definición eliminó de raíz el galicanismo, el febronianismo,
el jansenismo y el ya lejano conciliarismo. Reforzó́ el Magisterio Papal, sobre
todo en un momento en el que el papado perdía su poder temporal y en el que
muchos pensaban que el pontificado romano estaba moribundo. La brusca interrupción
del Concilio motivó el no examinar las relaciones de obispos y papa. Los
esquemas preparados y no tratados fueron posteriormente muy útiles a los
canonistas en la ulterior codificación del Nuevo Derecho Canónico.
Para obtener documento hacer click: https://drive.google.com/open?id=1OU4usREN0Qnd3wDXPUiin2Ur41wGKOr0
No hay comentarios.:
Publicar un comentario